No era que la barbarie era solo capitalistaaa?? Esta gente es la que tiene un discurso fraternal de no violencia, de combatir el delito con petalos de rosas???
http://www.clarin.com/diario/2008/09/07/...754994.htm
NO SE PUDO TRATAR LA INTERVENCION DEL PARTIDO EN LA PROVINCIA
Ni había empezado, pero el congreso del socialismo terminó a las piñas
La mayoría anti-K responsabilizó a una "patota" de socialistas aliados al Gobierno.
Palos recortados de medio metro. Puertas y vidrios rotos. Bombas de humo. Piñas y heridos. El Congreso Nacional Extraordinario del Partido Socialista, que fue convocado principalmente para intervenir el partido en la provincia de Buenos Aires --donde mandan los socialistas aliados con el Gobierno-- devino en escándalo antes de comenzar. Los socialistas anti-K, que son mayoría, responsabilizaron por la suspensión a una patota supuestamente liderada por el diputado Ariel Basteiro y el funcionario kirchnerista Oscar González.
Ambos dirigentes lo negaron. "Lo que pasó fue un papelón, pero los únicos responsables son quienes conducen el partido, que pusieron patovicas con pulsadores eléctricos para no dejarnos entrar", dijo Basteiro a Clarín. La mira del diputado se focalizó en Rubén Giustiniani, el presidente del socialismo, quien en las últimas elecciones fue compañero de fórmula de Elisa Carrió. "Nos quieren llevar a una posición de centroderecha", indicó González, secretario de Relaciones Parlamentarias de la Jefatura de Gabinete.
Los delegados del PS pensaban sesionar para tratar dos cuestiones internas clave: la reforma de la Carta Orgánica (buscan crear una secretaría de diversidad sexual y que los cargos partidarios sean ocupados por hombres y mujeres en la misma proporción) y la intervención en la Provincia, donde el poder lo ejercen los kirchneristas. El último punto era el más conflictivo: el oficialismo acusa a la oposición de no haber acatado la votación de acompañar a la Coalición Cívica en la última elección.
El debate estaba previsto para el mediodía en el pabellón 6 de Costa Salguero, pero ni siquiera se pudo completar el trámite de acreditación. Cuando el oficialismo se frotaba las manos --decía tener amplia mayoría-- un numeroso grupo de opositores llegó, al mismo tiempo, en varios micros. "El que no salta es de Carrió/el que no salta es de Carrió", cantaban. Para Basteiro eran unos 200 delegados. Para los dirigentes del riñón de Giustiniani, no eran más de 80.
"Quisieron entrar a las piñas y a los palazos. Hicieron un escándalo a cara descubierta y la Prefectura no intervino", sostuvo la diputada y miembro de la mesa ejecutiva Silvia Augsburger. "Es de extrema gravedad lo que hizo esta patota dirigida por Basteiro y González", describió Carlos Roberto, secretario general del partido. El oficialismo confía en que los cinco veedores que envió la jueza federal María Servini de Cubría puedan dar fe de lo ocurrido.
Basteiro, socio político de Jorge Rivas (ex vicefeje de Gabinete en tiempo de Néstor Kirchner, quien hoy se recupera de un fuerte golpe que recibió durante un asalto y lo dejó en coma), se puso en el rol de víctima: "No nos dejaban entrar y después de 45 minutos los compañeros empezaron a empujar. No querían dar el debate", dijo.
En medio de los golpes, hubo dos militantes que debieron ser trasladados al Hospital Fernández. Uno recibió tres puntos en la pera y al otro militante le colocaron un yeso en el brazo derecho.
En lo único que acordaron oficialistas y opositores fue en que dejaron una imagen "muy triste". Los memoriosos recordaban que la última vez que un congreso había terminado en escándalo había sido en 1958, cuando se produjo la división más importante de la historia del PS. Aquella vez, en un cónclave en Rosario, volaron trompadas y sillas y la fuerza quedó separada en Partido Socialista Argentino y Partido Socialista Democrático.