LEY DE LA VIDA


Vive la intensidad de un resplandor,
siempre siguiendo el cielo como la flor.
Grita tu nombre al viento como el gorrión,
calienta a los que estén cerca como el fogón.

Muere dándolo todo cual resplandor,
y con los brazos abiertos como la flor.
Grita “libertad o muerte” como el gorrión,
mantén a tu grupo unido como el fogón.

Y te extinguirás cual resplandor,
te deshojarás como la flor,
vulnerable serás como el gorrión
y un día te apagarás como el fogón.

Es la ley de la vida, nada empieza si no termina.
Crecerá la flor donde hubo antes una herida.
Lágrimas riegan semillas en la tierra de la vida,
en la tierra de la vida.

Seguirás el camino del que llegó,
te perderás en los pasos del que dudó.
Pero no adores el muñeco del que quedó
inmóvil, enmudecido, y no intentó.

Te endulzará la miel del que ganó,
morderás el polvo del que quedó
y te engordarán como a un campeón.
Te excitará la revancha del que perdió.

Es la ley de la vida, uno construye otro derriba.
Siempre trae el dolor a la libertad como amiga.
Lágrimas riegan semillas en la tierra de la vida,
en la tierra de la vida.



Letra y Música: Christian Gordillo

Todo Se Transforma
Jorge Drexler

Tu beso se hizo calor,
Luego el calor, movimiento,
Luego gota de sudor
Que se hizo vapor, luego viento
Que en un rincón de la rioja
Movió el aspa de un molino
Mientras se pisaba el vino
Que bebió tu boca roja.

Tu boca roja en la mía,
La copa que gira en mi mano,
Y mientras el vino caía
Supe que de algún lejano
Rincón de otra galaxia,
El amor que me darías,
Transformado, volvería
Un día a darte las gracias.

Cada uno da lo que recibe
Y luego recibe lo que da,
Nada es más simple,
No hay otra norma:
Nada se pierde,
Todo se transforma.

El vino que pagué yo,
Con aquel euro italiano
Que había estado en un vagón
Antes de estar en mi mano,
Y antes de eso en torino,
Y antes de torino, en prato,
Donde hicieron mi zapato
Sobre el que caería el vino.

Zapato que en unas horas
Buscaré bajo tu cama
Con las luces de la aurora,
Junto a tus sandalias planas
Que compraste aquella vez
En salvador de bahía,
Donde a otro diste el amor
Que hoy yo te devolvería

Cada uno da lo que recibe
Y luego recibe lo que da,
Nada es más simple,
No hay otra norma:
Nada se pierde,
Todo se transforma.