Adrián Paenza: ´en la Argentina, la derivada es positiva´
Con una frase propia de la matemática, el docente y periodista que la convirtió en best seller explica por qué el conocimiento científico está en franco crecimiento en el país
Viernes, 08/07/2011 | 12:42 hs
Este mes estrena nuevo programa por la Televisión Pública
Con una frase propia de la matemática, el docente y periodista que la convirtió en best seller explica por qué el conocimiento científico está en franco crecimiento en el país.
Es docente, investigador y periodista, amante de las ciencias, en especial de la matemática y sus enigmas. Ingresó a la Facultad de Ciencias Exactas a los 14 años, y a los 16 tuvo su primer trabajo periodístico. Fue uno de los conductores del programa Fútbol de Primera, pero tras una salida discutida, comenzó a brillar en el terreno científico, y logró lo que pocos pueden hacer: acercar la ciencia al gran público, hacerla amena y entendible.
Adrián Paenza convirtió al álgebra y a la geometría en best sellers, con su obra Matemática ¿estás ahí?, que lleva más de diez ediciones agotadas en varios países de América Latina, y ha sido publicada en Alemania, España, Rusia, Italia, la República Checa, Brasil y Portugal. En 2007, recibió el premio Konex de platino en la categoría Divulgación científica. Cinco años antes se había mudado a Chicago, y desde entonces alterna sus tiempos entre los Estados Unidos y la Argentina, donde viene periódicamente a grabar sus programas televisivos: Científicos Industria Argentina, que se emite por Canal 7 y este año fue galardonado con el Premio Martín Fierro, y Alterados por Pi, por la pantalla del canal Encuentro. Por estos días prepara un nuevo ciclo, El debate, que verá la luz a mediados de julio en la televisión pública. Sobre el nuevo programa y, en general, sobre los rumbos de la ciencia argentina, habló con Tiempo Argentino desde su casa de Chicago.
–¿Cuál es su visión acerca del desarrollo científico en el país?
–En la Argentina, la derivada es positiva.
Tras esta respuesta al parecer enigmática, Paenza hace un silencio, se ríe y explica: “Si una función tiene derivada positiva en un punto, significa que es estrictamente creciente en ese punto. Si la derivada es negativa, hay decrecimiento. La ciencia en la Argentina está mejor que hace 30 o 40 años, y no se trata de avances menores. Aun sin ir tan lejos, hace apenas diez años, el crecimiento de las ciencias parecía imposible o al menos algo inesperado. Estábamos muy mal y recuerdo que fue Néstor Kirchner quien comenzó a interesarse en el desarrollo y la producción de nuevas ciencias. La creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, en 2007, fue y es un reconocimiento a la importancia de la ciencia en nuestro país. Además, se les dio una voz participante a los científicos, que ahora cuentan con un clima favorable para trabajar. Desde el gobierno existe una conciencia de que para progresar, la producción científica es fundamental.
–Usted presentó a Lino Barañao y Cristina Fernández. ¿Siente que cumplió un papel importante en el acercamiento de los científicos al gobierno?
–Creo que la situación se dio porque del otro lado también hubo mucho interés para que se produzca el acercamiento. A Barañao se lo presenté antes de que Cristina fuera presidenta, en 2007. Ella me había pedido, a través de Daniel Filmus, que organizáramos una reunión en Nueva York con los científicos argentinos más destacados. Cuando estábamos todos reunidos le dije que si los habíamos juntado para la foto, la hiciéramos rápido, y recuerdo que ella me dijo que no se trataba de la foto y que realmente quería charlar con ellos. Al poco tiempo, se creó el ministerio y lo nombró titular a Barañao. Pero esto me parece una anécdota. Lo importante es que tanto Cristina como Néstor Kirchner tenían claro que el punto era trabajar en el desarrollo científico, y se está logrando.
–El 22 de junio, la presidenta le entregó el premio Investigador de la Nación al biólogo molecular Alberto Kornblihtt. Usted se había referido a él como “el Messi de la ciencia”. ¿Cómo se puede pensar la relación de la ciencia con el campo popular?
–La presidenta dio un metamensaje. Le entregó una camiseta de Argentina con el número 10, y eso significa que hay una cercanía y la intención de conectar algo tan popular como el fútbol con la ciencia. La relación se da cuando dejamos de pensarla como una entidad aislada en algún rincón del mundo, a la que deberíamos mirar sin entender bien de qué se trata. Alberto es un científico que sobresale en el ámbito internacional, y a veces en nuestro propio país no tenemos idea de que esto ocurre. Los científicos forman parte del entramado social, y su exposición y reconocimiento público son propicios. Una medida muy buena podría ser sacar a Roca de los billetes y poner a un científico como Milstein o Leloir, sólo por mencionar algunos. Es decir, existen otros héroes que no son sólo San Martín o Belgrano.
–¿Qué políticas faltan desarrollar en ciencia y tecnología?
–Falta tiempo para saber cuáles son las políticas de Estado. Lo cierto es que no hay dinero infinito para gastar, por lo cual hay que decidir. Pero para decidir hay que educarse y saber qué es lo que se quiere hacer y cómo hacerlo, generar conocimiento. Estamos en una etapa de crecimiento y de esperanza para las ciencias en la Argentina: habrá que incrementar los presupuestos y la inversión en más y mejores lugares para hacer ciencia. Hay que pensar, discutir errores que se pueden cometer, pero siempre tener un plan, eso es hacer política. En ciencia había un bache muy grande, y ahora hay una política, esto lo advierte la comunidad científica toda, que sintió una bocanada de aire fresco. Otro aspecto a mejorar es el salario de los científicos: hay que invertir más y mejorar su calidad de vida. También es un llamado urgente a las empresas privadas, a que incrementen su inversión en producción de conocimientos científicos.
–¿Qué opina de Tecnópolis?
–Es un espacio de acceso que otorga a la gente el conocimiento de que la ciencia está presente en la vida cotidiana, que no es algo lejano e inalcanzable. Por ejemplo, la matemática es bella, pero hay una percepción equivocada de ella, una mala prensa. Es común que dé rechazo la forma en la que se la presenta, como una serie de problemas a resolver y a los que no se le encuentra sentido para hacerlo.
–¿Cuánta importancia tiene el lanzamiento del SAC-D Aquarius para la ciencia argentina?
–Tiene la importancia de un acontecimiento de relevancia mundial, un trabajo en el que participan más de 200 científicos argentinos. Es destacable que de los ocho instrumentos del Aquarius, cinco sean argentinos, y que los datos se recogen en nuestro país. La NASA podría fabricar estos satélites por completo. Sin embargo, decidió hacerlo en conjunto.
–¿Qué opina del programa de repatriación de científicos?
–Muchos se fueron porque no tuvieron alternativa y no lo veo mal. El científico muchas veces necesita confrontar con los pares y analizar cómo son las nuevas culturas y los desafíos que eso implica. Lo que no estaba bien es que no pudieran desarrollar su trabajo en nuestro país. Darles el lugar que se merecen es fundamental.
–¿Qué temas cree que merecen ser más investigados?
–Hay muchos. Y ya se está haciendo con la nanotecnología, la biotecnología y la producción de software. En este caso, el objetivo de promover el espíritu emprendedor dentro del sector informático es fundamental para colaborar en la formación de nuevas empresas y consolidar las ya existentes.
–¿Cómo surgió la idea de su nuevo programa de tevé?
–El debate surgió mientras presenciaba una serie de conferencias de Tecnologías, Entretenimiento y Diseño (TED), en California, y vi en el estrado a dos hombres discutiendo sobre la energía nuclear. Uno a favor y otro en contra. Tenían 17 minutos para discutir y presentar posiciones. Me pareció muy interesante la idea de poner a debatir a dos personas que piensan totalmente distinto sobre un mismo tema. Lo hablé con Claudio Martínez, productor de todos mis programas, y se lo propusimos a Tristán Bauer para la televisión pública.
–¿Cómo será el programa?
–Los participantes serán personas que piensan o tienen una posición tomada sobre un tema y lo conocen a fondo. No serán actores jugando roles antagónicos que van a polemizar sin sentido y tampoco una competencia para ver quién gana. El público tendrá un aparatito mediante el cual podrá expresar su posición sobre el tema antes de que termine el debate. Habrá observadores que no estén comprometidos con ninguna de las dos posiciones y harán preguntas. Mi rol va a ser el de moderador. Y la idea es que se instale el tema y se discuta, aprender que se puede pensar distinto y escuchar distintas voces.
–¿Cree que los argentinos no sabemos debatir?
–Creo que la gente no se pregunta lo suficiente. Yo siempre prefiero la pregunta a tiempo que la ignorancia.
Fuente: Tiempo Argentino
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